El país busca opciones para atraer nuevas inversiones, el régimen de empresas multinacionales de manufactura es una alternativa.
Desde hace unos años se ha venido desarrollando el concepto de nearshoring en el mundo de negocios; sin embargo, a raíz de la pandemia que vivimos, dicho término ha sido explotado exponencialmente, con la intención de mitigar algunos de los efectos negativos que ha tenido la situación actual en ciertos modelos de negocio, y así disminuir costos y garantizar cierta estabilidad en sus operaciones.
Por lo tanto, con la intención de atraer la inversión extranjera en el país, Panamá añade el régimen especial para el Establecimiento y la Operación de Empresas Multinacionales para la Prestación de Servicios Relacionados con la Manufactura (EMMA) a su portafolio de opciones, a efectos de que empresas multinacionales encuentren un espacio seguro y competitivo al cual mudar parte de sus operaciones relacionados con la manufactura.
La Ley No. 159 del 31 de agosto de 2020 crea el régimen EMMA y establece incentivos fiscales, migratorios y laborales para las empresas multinacionales dedicadas a procesos productivos en Panamá. De igual forma, ya se publicó el Decreto Ejecutivo No. 33, que reglamenta la Ley No. 159, y la Resolución No. 039-20, que establece los requisitos para solicitar una Licencia EMMA.
Las empresas multinacionales que deseen obtener una Licencia EMMA, deberán cumplir con una de las siguientes condiciones: que los activos consolidados del grupo sean iguales o superiores a $75,000,000 o que los servicios sean prestados a por lo menos tres (3) partes relacionadas del grupo, entre otros requisitos.
Una vez la empresa multinacional cuente con su Licencia EMMA, podrá prestar los servicios permitidos bajo el régimen únicamente a partes relacionadas del grupo empresarial al cual pertenecen. Dentro de estos servicios se incluyen aquellos relacionados con la manufactura y re-manufactura de productos; maquinaria y equipos; servicios de ensamblaje; de mantenimiento y reparación; de acondicionamiento; de desarrollo de productos, investigación o innovación; de análisis, laboratorios, pruebas; y de logística, almacenaje, despliegue y distribución.
Los ingresos derivados de estas actividades gozarán de una tarifa reducida del impuesto sobre la renta de 5%, la cual podría reducirse hasta un 2%, considerando que se permite la aplicación de créditos fiscales por el impuesto sobre la renta retenido localmente o en otras jurisdicciones. Otro de los incentivos fiscales relevantes es la exención del impuesto complementario y de dividendo, de aviso de operación y de ITBMS; este último, en la medida en que los servicios se presten a relacionadas que no generan renta gravable en Panamá.
En todo caso, a efectos de cumplir con estándares internacionales, el incentivo del impuesto sobre la renta estará sujeto al cumplimiento de requisitos de sustancia por período fiscal, los cuales incluyen realizar la actividad en Panamá, contar con un número adecuado de empleados calificados a tiempo completo, incurrir en un monto adecuado de gastos operativos y presentar la Declaración Jurada correspondiente.
Por otro lado, es importante mencionar que las EMMA pueden establecerse en una zona franca o área económica especial ya existente, como lo es Zona Libre de Colón, Área Económica Especial Panamá Pacífico, entre otras, en estos casos prevaleciendo los incentivos del régimen EMMA, o bien, en cualquier otro lugar, siempre que establezcan un área de control y vigilancia aduanera. Además, las empresas que cuenten una Licencia SEM, podrán, a través del mismo vehículo jurídico, solicitar una Licencia EMMA y viceversa.
El régimen EMMA simula todas las buenas prácticas del régimen SEM, tanto a nivel de incentivos como en su operatividad; sin embargo, al estar enfocado en servicios de procesos productivos y no en centros de servicios compartidos, presenta una nueva opción para la industria de los servicios relacionados con la manufactura en Panamá. Esto, aunado a las ventajas que ofrece el país por su posición geográfica en temas de movimiento y logística de productos y la posible interacción con otros regímenes, resulta en una alternativa interesante al considerar y evaluar la implementación del nearshoring hacia la región de América Latina, en empresas multinacionales.
Aunque parece ser un régimen prometedor, se sugiere seguir paso a paso su implementación práctica en relación con las necesidades y modelos de negocio de las empresas multinacionales interesadas y, particularmente, evaluar las implicaciones aduaneras que pudiese tener el movimiento de entrada y salida al territorio fiscal nacional de los productos, maquinaria y equipos sobre los cuales las EMMA prestarían sus servicios.