La educación es la clave del éxito para las Pymes en América Latina

La educación es la clave del éxito para las Pymes en América Latina

Debido a la deficiencia que hay en la educación, América Latina hoy enfrenta un reto. Pixabay




Las Pequeñas y Medianas empresas (Pymes) se han convertido en el motor económico de América Latina. De acuerdo con el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), actualmente el 99.5% de las pequeñas y medianas organizaciones, generan el 60% del empleo formal en la región. Por lo que cerrar brechas en sus diferentes ámbitos de competitividad es clave para no quedar en desventaja frente a las grandes compañías.

La educación es el punto de partida para su desarrollo y por ende, es la clave para el éxito. Desde la academia, y estando en la práctica desde World Trade Center Association, hemos visto que una Pyme que reciba asesoría o capacitación crece entre tres y cuatro veces más, en comparación a una que no cuente con esta variable. A partir de allí, se generan varias oportunidades que mueven la aguja hacia el posicionamiento en el mercado en el que compite la compañía.

Ahora la cuestión es ¿cómo lograr dicho propósito? Las grandes corporaciones, se convierten en la respuesta. Puntualmente, las empresas más fortalecidas pueden contribuir al crecimiento de esas pequeñas y medianas organizaciones que están emprendiendo el camino. Coexisten en un ecosistema en el que ambas se benefician aportando a la cadena de valor, puesto que se genera una dinámica en la que se da un flujo de dinero significativo que retribuye a la economía de un país a través del consumo.

Los proveedores, por ejemplo, pueden ofrecer productos de mayor calidad partiendo de la ganancia que reciben del consumidor, pero también de la experiencia y apoyo que obtiene de la gran empresa.

Este es un ejercicio en el que hay un beneficio socioeconómico que ya se ha venido ejecutando en algunos países de América Latina como México, el cual, por medio de asesores de World Trade Center y el convenio con algunas universidades del estado de Nuevo México se ha logrado capacitar a más de 1,000 pymes que emplean a 6,530 colaboradores, con las cuales se espera se obtenga un retorno de inversión y conocimiento en un año.

Este modelo ambicioso conocido como Small Business Development Center (SBDC), se ha implementado desde hace más de siete décadas en Estados Unidos, y actualmente es el principal generador de empleos de la Unión Americana, en donde además, se ha incrementado su PIB. Estas cualidades han llevado a que desde Argentina, Uruguay, Colombia, Bolivia y varios países de Centroamérica, se de una apropiación de dicha iniciativa bajo la premisa de apoyar a las pequeñas y medianas empresas con el fin de generar un desarrollo sostenible y progesivo en la región.

Cabe señalar que el fundamento de este proyecto no solo se basa en el rol que desempeñan las grandes compañías que deciden adoptar una pyme, sino qué tanto el

sector público como las instituciones educativas desempeñan una función principal que hace posible este tipo de proyectos.

Debido a la deficiencia que hay en la educación, América Latina hoy enfrenta un reto. Se requiere que los Gobiernos de los países tengan voluntad política de realizar acciones que contribuyan a la mejora en la educación, que involucre a la sociedad privada y  sobre todo la formación con valores, principios y virtudes de la ciudadanía. Llevamos décadas hablando de este problema y las posibles soluciones que se podrían ejecutar para derivar un cambio positivo; podrían estar bajo este modelo.

Entender el contexto es fundamental para generar una ventaja que permita una competencia sana, en donde tanto el consumidor y el empresario tengan un beneficio a corto y largo plazo. La competencia siempre será bienvenida pues saca lo mejor de cada uno, ésta debe ser definida por los gobiernos con el propósito de generar una verdadera oportunidad que derive en el progreso socioeconómico del Estado, por lo que se debe tomar como  prioridad los valores y la moral de los líderes empresariales.

Una manera en la que podemos dar los primeros pasos hacia esa transformación en la población es por medio de la capacitación de colaboradores en las organizaciones. Debemos empezar a enviar mensajes de cómo se pueden hacer las cosas diferentes y qué ganancias se obtendrían de dichas acciones y estrategias. Partiendo de esto, los empresarios y sus trabajadores pueden obtener un crecimiento a nivel profesional y personal.

De nada sirve que las organizaciones reciban ingresos y se acerquen a sus metas, si su personal no está formado o capacitado para enfrentar los retos que surgen en el mercado de este siglo; si no se tiene en cuenta la premisa, se corre el riesgo que la corporación no se logre adaptar a su contexto y por lo tanto se quede rezagada frente a la competencia, o incluso, cierre sus operaciones generando un retroceso para la economía.

La educación, teniendo como base la mentoría de las grandes compañías, es sin duda alguna la respuesta a la ecuación que se ha tratado de descifrar por años para lograr el crecimiento corporativo y social de América Latina. Por lo tanto debemos apostarle a ella como una herramienta con la que los futuros empresarios de pequeñas y medianas empresas podrán estar preparados a un mundo con dinámicas comerciales y de consumo cambiantes rápidamente.