Con la reciente aprobación de la Ley 374 del 3 de marzo de 2023, Panamá se suma a la lista de países que incluyen la enseñanza de temas de finanzas personales en sus escuelas. Se trata de un elemento clave de una educación moderna, que debe estar enfocada en brindar herramientas útiles y desarrollar el criterio de los alumnos, para que alcancen las habilidades que les permitan ser felices en la vida.
Estamos dando un paso importante, tanto quizás como lo es que cada persona tenga conocimientos en el buen manejo de su dinero y de la economía familiar. El impacto que esto tendrá en el tiempo es inmenso, respecto a la felicidad de los panameños, quienes aprenderán cómo dejar de cometer errores básicos con sus finanzas y pasar a tener mejor control sobre lograr sus metas de vida; como también para la economía del país, que verá los beneficios de un mercado financiero más extendido y con usuarios maduros, que lo aprovechan para generar riqueza para sí y para todos, con menos tropiezos.
La Ley 374 es breve y bastante simple. En pocas palabras establece como obligatoria la enseñanza de finanzas -desde un punto de vista personal- en las escuelas públicas y privadas. Además, instruye al Ministerio de Educación a darle forma con la ayuda de otros entes tales como la Ciudad del Saber, Ampyme y las superintendencias de Bancos, Seguros y Valores; así como proveer los recursos necesarios y velar porque esta directriz se cumpla en el tiempo. Finalmente, indica que el primero de octubre de cada año será el día de la Educación Financiera en Panamá.
Ahora toca hacer que este mandato se haga realidad, ojalá que en el lapso de 6 meses que indica la misma ley, y que permitiría celebrar ese día en el 2023 ya contacto con el camino allanado para incluir la materia en el año lectivo 2024. Y es aquí donde surgen tareas y varias preocupaciones a atender.
Por un lado, debe estructurarse un plan que permita a los niños y jóvenes educarse oportunamente, según sus etapas de desarrollo mental y aprovechando la curiosidad natural sobre estos temas que todos tenemos, pero que muchas veces queda reprimido por tabúes o influenciado por malos ejemplos.
Afortunadamente, en el mundo existen experiencias probadas al respecto, que pueden ser aprovechadas, como las de países que se han adelantado, o de organizaciones dedicadas al objetivo de impulsar la educación financiera, como la Global Financial Literacy Excellence Center (GFLEC) o la International Network on Financial Education (INFE), esta última una red internacional organizada por la OCDE.
Vigilemos que los temas y el enfoque de la enseñanza sea el mejor, y no esté sesgado por ideologías o intereses diferentes al bienestar y empoderamiento de las personas. También hay que definir qué otros temas del currículum educativo deberán ajustar su carga de horas para dejar espacio a esta nueva y vital materia. Esperemos que no hayan resistencias caprichosas de parte de los interesados en otras áreas del saber.
Otro aspecto importante es el de los maestros y profesores que dictarán esta nueva materia. Es probable que ellos mismos deban conocer bien el tema, o al menos fortalecer su conocimiento.
Es necesario contar con material didáctico y libros que faciliten el aprendizaje de unas finanzas personales sólidas y sanas. Necesitamos divulgar una cultura financiera libre de “recetas de éxito” peligrosas o inaplicables en nuestro país.
Debemos apuntar a desarrollar el criterio de cada quien para que sepa escoger lo que de verdad nos conviene. Identificar los riesgos que nos acechan. Entender los conceptos básicos (y desaprender algunos que suelen estar mal asimilados por la sociedad). Aprender a utilizar y aprovechar bien las herramientas, técnicas, instrumentos, información y servicios financieros. Dejar de ser víctima de usureros, estafadores, charlatanes, burbujas económicas y de las propias fallas mentales que todos tenemos en el fondo de nuestro cerebro y bagaje cultural, respecto a cómo manejar el dinero.
Afortunadamente hay buen material disponible, incluso algunos creados o adaptados a la realidad de nuestro país. Quizás usted lector quiera aprender por sí mismo más sobre finanzas personales, le invito a ir a su librería favorita y comenzar con algún buen escrito.
Hoy Panamá debe alegrarse por este paso, y ponerse manos a la obra para que la Ley 374 sea una arista en la formación de una sociedad preparada para alcanzar todo el potencial que tiene. Enhorabuena.
*El autor es consultor, profesor, mentor y autor del libro Compás financiero personal.