Las criptomonedas, ¿una pieza más en el engranaje de la máquina del fútbol? A imagen de Lionel Messi, que recibe una parte de su salario en el PSG en dinero digital, los clubes europeos invierten en este nuevo mercado, fuente de ingresos adicionales y una manera de implicar a los aficionados.
El astro argentino recibió una primera parte de su sueldo en ‘fan tokens’ del club parisino, por un valor, según una fuente bancaria y otra próxima al club, de alrededor de un millón de euros (1.133.000 dólares).Este pago es fruto de un acuerdo comercial con la empresa Socios.com que, desde 2020, permite a los aficionados comprar estas fichas con chiliz, una criptomoneda menos popular que el bitcoin o el ethereum.
Gracias a estos ‘fan tokens’, los hinchas pueden participar en la vida del club sin necesidad de pasar por el estadio, decidiendo desde el diseño de la cortina entre el túnel de vestuarios y el césped, o la frase inscrita en el brazalete del capitán, por ejemplo.
La empresa tomó una nueva dimensión desde su alianza con el PSG en 2018, firmando contratos con un total de 56 clubes y cerca de un centenar de equipos de diversos deportes, según su presidente Alexandre Dreyfus, que espera que el contrato de Messi “lance una moda”.
”Esperamos que en dos años, durante el ‘mercato’, un jugador dirá: ‘sí, quiero incorporarme a este equipo, pero estaría bien que me proponga un millón de dólares en fan tokens’”, explica desde su oficina en Malta.
El presidente de Socios.com admite que su empresa se ha beneficiado de la crisis económica ligada a la pandemia, multiplicando sus acuerdos. “Algunos clubes han perdido de repente el 50, el 70, hasta incluso el 80% de sus ingresos y se han dicho: ‘tenemos aficionados en todo el mundo, ¿qué podríamos venderles?”, explica Dreyfus, cofundador también de la empresa de apuestas deportivas y póker en línea Winamax.
Un estudio del gabinete KPMG muestras que más de 40 contratos de patrocinio se han firmado en los cinco grandes campeonatos futbolísticos europeos desde el inicio de la pandemia. Y las criptomonedas se han abierto camino de una manera destacada.
Según KPMG, el Inter de Milán, por ejemplo, ha doblados sus ingresos por patrocinio de su camiseta al cambiar Pirelli por Socios.com.
DigitalBits, otro actor en el sector de la tecnología ‘blockchain’, se anuncia desde julio pasado en la camiseta de la AS Roma, después de haber firmado un contrato por tres años con el club de la Serie A a cambio de 12,4 millones de euros. El auge del mercado de la criptomoneda en el fútbol se produce en un momento en el que España ha prohibido a los operadores de juegos de apuestas patrocinar a los clubes de fútbol, una medida que también estudia implantar el Reino Unido.
”Este vacío deberá llenarse y los ‘fan tokens’, o algo que no se defina como juegos de apuestas pero que lo son, deberán verse favorecidos”, analiza Kieran Maguire, investigador de finanzas del fútbol en la Universidad de Liverpool.
Algunos, no obstante, se muestran preocupados por el hecho de que apostantes se embarquen en este mercado que no acaban de comprender y en que el valor de las criptomonedas es muy volátil. El del chiliz aumentó un 58% cuatro semanas después de la llegada de Messi.
”En definitiva, son productos especulativos”, dice Maguire. Un grupo de hinchas del Aston Villa, citado por el medio en línea Joe.co.uk, calificó el acuerdo de su club con Socios.com de “completamente indecente”.
”En realidad, los clubes buscan a los aficionados ‘no tradicionales’ y se preguntan ¿qué podemos hacer con estos nuevos aficionados”, comenta Maguire. “El Manchester United, por ejemplo, reivindica 1.100 millones de aficionados y tiene unos ingresos anuales de 715 millones de euros (810 millones de dólares), lo que equivale a 60 céntimos (68 centavos) por hincha y año”, añade.
Pero estas “dos generaciones diferentes” no son incompatibles, según Dreyfus. “Bromeo con frecuencia diciendo que los clubes no están interesados por los tipos tatuados que viven a dos pasos del estadio. Nuestro mercado mira ahora al hincha en línea, de cualquier parte del mundo y que, históricamente, consumen deporte de una manera diferente a usted o a mí”, concluye.