Al lado de Casa Góngora, en un terreno abandonado y lleno de escombros, se logró levantar un hotel boutique que promete una experiencia exclusiva a sus visitantes tanto en gastronomía como alojamiento. Se trata de Amarla Casco Viejo, un desarrollo hotelero con una inversión de más de $3.7 millones e ideado para crear una conexión íntima con la historia de la ciudad de Panamá.
Robin Faulkner, fundador del hotel boutique Amarla Casco Viejo. Gabriel Rodríguez/LP
“Amarla tiene los centros históricos en su ADN, el primer hotel de este tipo lo lanzamos en Cartagena en 2018 y con esta propuesta en Panamá queremos resaltar la cultura, el arte y la historia del país”, relata Robin Faulkner, fundador y desarrollador de Amarla Casco Viejo, un emprendedor apasionado del diseño de interiores que se enamoró de Latinoamérica y en especial de Panamá.
La propiedad que abrirá este semestre, incluye 8 habitaciones, de las cuales 6 son clásicas y 2 suites, además de un restaurante con gastronomía local e internacional.
“Cada detalle ha sido elegido para cada habitación con obras hechas a mano y artesanías locales, además de una colección de más de 100 fotografías que retratan el país desde Darién, hasta Chiriquí con toda su riqueza natural, cultural y de su gente. Cada espacio transportará al huésped al interior del país”.
Faulkner quiere expandir este concepto a otros sitios históricos y naturales de Panamá, Centroamérica y el Caribe. Cree que este es el momento para las experiencias diferentes en hotelería.
El hotel Amarla está asentado al lado de la casa Górgona en el Casco Antiguo de ciudad de Panamá a una cuadra de la plaza Catedral. Gabriel Rodríguez/LP
María Antonieta Ramírez, gerente general del hotel, destacó las oportunidades que tiene Panamá para atraer turísticas que buscan una experiencia con la historia, con la naturaleza y en un ambiente de seguridad. Sostuvo que la industria hotelera se está reinventando con propuestas como Amarla, donde la experiencia personalizada e inmersiva para transmitir la cultura y la historia del país es clave en la propuesta de valor.
El hotel Amarla tiene 8 habitaciones, de las cuales 2 son tipo suite con dos ambientes en dos pisos. Gabriel Rodríguez/LP