Panamá encara una ambiciosa transición energética que demandará una inversión de al menos 9 mil millones de dólares para cumplir un conjunto de metas de cara a los años 2030 y 2050. De este monto, 4 mil 500 millones serán de proyectos del sector privado, mientras que el resto será asumido por el sector público.
Parte de la transición es elevar la participación de las energías limpias, como solar, eólica, hidráulica en la matriz energética, sustituir los combustibles fósiles en el transporte terrestre, marítimo y aéreo y acelerar la movilidad eléctrica. Además de fomentar nuevas fuentes como el hidrógeno verde.
Así lo expuso la secretaria Nacional de Energía, Rosilena Lindo Riggs, en el Foro de Energía de la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresas (Apede), al actualizar la agenda energética que a su juicio debe ser continuada por la próxima administración dado los compromisos que ha hecho el país para 2030, 2040 y 2050.
“Uno de los beneficios al momento de implementar la transición energética, es que se espera una meta de crecimiento del producto interno bruto significativo y que se creen 140 mil nuevos empleos. Además de que se estaría generando un ahorro de 10 mil 500 millones de dólares en subsidios para el año 2050 que no tendrían que aplicarse si se sustituye el combustible fósil por fuentes renovables limpias″, dijo Lindo Riggs.
Datos recopilados por Apede indican que entre 1999 y el año 2022 se han invertido 2,427 millones de dólares en distribución eléctrica, 1,013 millones de dólares en proyectos de transmisión y 6,653 millones de dólares en generación. Sin contar la inversión en autoconsumo de empresas privadas.
Lindo asegura que la reciente licitación para contratar el suministro de 400 megavatios (MW) exclusivos para empresas que generen energía renovable dará la oportunidad para que con los nuevos proyectos energéticos se creen 4,500 empleos. Desde hace casi 10 años no había una licitación de energía de largo plazo.
“Para poder asegurar que la transición energética sea exitosa, hay cambios, no solo tecnológicos y políticos, también de regulación. Hay una hoja de ruta con metas semestrales. Son 242 líneas de acción que deben ser ejecutadas tanto por instituciones del Gobierno como por la empresa privada, en un marco de tiempo específico para lograrlo y llegar a buen puerto en el 2030″, dijo Lindo, al indicar que el avance de ejecución de esta agenda se ubica en el 40%.
Lindo sostuvo que en 2023 el aporte de la energía solar a la matriz energética por primera vez alcanzó el 13%. Según el Centro Nacional de Despacho, ayer 12 de febrero, la generación de energía solar alcanzó el 27.4% a la 1:54 p.m., mientas que la eólica estaba en 9.11%, la hídrica en 28.34% y la térmica principalmente a través de gas natural estaba en 35.09%.