El transporte de pasajeros en 2021 no fue ni la sombra de lo que fue en períodos anteriores, con la mitad de pasajeros registrados respecto a los niveles prepandemia, y este año todavía tendrá que enfrentar desafíos, como la variante ómicron del coronavirus.
El año pasado hubo unos 2.300 millones de pasajeros, muchos menos que en 2019 (4.500 millones), el último año antes de la aparición del covid-19, indicó el miércoles la Organización de la Aviación Civil Internacional (OACI).
Esas cifras preliminares de la agencia de la ONU reflejan una cierta mejora respecto a 2020, cuando la pandemia provocó un parón casi total en el sector durante semanas.
En 2020, solo 1.800 millones de pasajeros subieron a un avión, un 60% menos que el año anterior, tocando niveles que no se veían desde 2003.
En 2021, las compañías aéreas continuaron padeciendo los efectos de esa crisis histórica. Así, su facturación total en 2021 se estima en 251.000 millones de dólares, un 56,3% menos que en 2019 (575.000 millones de dólares), si bien la cifra mejora la marca de 2020 (203.000 millones de dólares).
Para 2022, la OACI plantea escenarios que oscilan entre -26% y -31% de pasajeros respecto a 2019, con pérdidas de facturación de entre -32,4% y -37,7%.
La organización destacó además un contraste entre las conexiones internas y las internacionales, pues estas últimas se ven afectadas por los cierres fronterizos y otras restricciones.
En 2022, la OACI calcula que el tráfico internacional de pasajeros seguirá siendo entre un 43% y un 48% inferior al de 2019.
En cambio, en los vuelos domésticos, el volumen de pasajeros será entre un 14% y un 19% más bajo al de antes de la crisis.
Unas previsiones que concuerdan con las de la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés), que en octubre juzgaba que las compañías registrarían una pérdida neta acumulada de 11.600 millones de dólares este año, contra los 51.800 millones previstos en 2021 y los 137.700 millones de 2020.
Sin embargo, esas previsiones se realizaron antes de que apareciera la variante ómicron del coronavirus, muy contagiosa, que llevó a los gobiernos a imponer restricciones de movimiento.
“No resulta sorprendente que las ventas de billetes de avión para vuelos internacionales efectuadas en diciembre y principios de enero hayan caído brutalmente respecto a 2019, lo que augura un primer trimestre [de 2022] más difícil de lo esperado”, consideró el miércoles el director general de IATA, Willie Walsh. Su organización federa a más de 290 compañías, que totalizan el 83% del tráfico aéreo mundial.
Hasta ahora, el escenario de IATA para 2022 prevé situaciones muy diferentes en función de las grandes zonas geográficas, con las aerolíneas estadounidenses volviendo a la senda de la rentabilidad (9.900 millones de dólares de beneficios acumulados).
Por su parte, las compañías europeas, con gran preponderancia de servicios internacionales, deberían seguir siendo deficitarias en 2022, con una pérdida prevista de 9.200 millones de dólares, según IATA.