Jugueterías de Estados Unidos golpeadas por problemas de inventarios

Jugueterías de Estados Unidos golpeadas por problemas de inventarios

Preocupa el bajo nivel de inventario de juguetes para atender la demanda de fin de año en algunos comercios de Estados Unidos. (Photo by Kena Betancur / AFP)




Problemas en algunas fábricas que cierran esporádicamente a causa de picos por coronavirus; falta de contenedores para transporte marítimo y escasez de camioneros son algunas de las causas para la falta de productos.

“Siempre decimos a los clientes que es mejor hacer las compras de Navidad por adelantado”, destaca Judy Ishayik, copropietaria de una tienda de juguetes de Nueva York, en medio de dificultades de aprovisionamiento en varias industrias.

Este año, con los problemas de abastecimiento, si los clientes quieren algo específico “les recomendamos hacer sus pedidos desde septiembre”, indicó la comerciante.

Los precios subirán.

Su tienda, Mary Arnold Toys, vende juguetes desde hace 90 años en el Upper East Side, un barrio acomodado de Manhattan. El local parece abastecido. Pero al fondo de la boutique y en el subsuelo, donde guardan las existencias, algunas estanterías están vacías.

Como muchos otros sectores de la economía, los gigantes de la industria de juguetes tienen dificultades de aprovisionamiento y para cumplir con sus entregas.

Las razones son múltiples: algunas fábricas cierran esporádicamente a causa de picos de contaminación por coronavirus; las transportadoras marítimas trabajan a todo vapor por el comercio en línea y los contenedores escasean; en algunos puertos, los barcos esperan varios días para descargar; en Estados Unidos, las empresas de transporte carretero tienen dificultades para reclutar camioneros.

Los especialistas en juguetes maniobran desde el inicio de la pandemia, cuando cerraron usinas en Asia, y luego tiendas alrededor del mundo.

Un “mini” viento de pánico sopló el año pasado antes de las fiestas, pues algunos temieron que empresas de envíos como UPS o Fedex, desbordadas, no pudieran cumplir con sus entregas en fecha.

Los regalos llegaron en su mayoría a tiempo.

Finalmente, sostenidas por las compras de muñecas, juegos de mesa y de construcción para niños que no podían salir de sus casas, las ventas del sector crecieron 16% en 2020 en Estados Unidos, según la consultora NPD.

Con una cadena de aprovisionamiento perturbada desde hace más de un año, los retrasos se acumularon, destaca Jennifer Blackhurst, especialista de la universidad de Iowa.

“Esto no afecta solo a un sector o producto. Todas las empresas disputan un poco de espacio en los barcos” y la situación no se normalizará antes de 2022, enfatizó.

Hasbro, fabricante de los juegos Transformers y Monopoly, lo sabe.

“Trabajamos para asegurar la disponibilidad de productos durante las fiestas”, aseguró la directora financiera del grupo, Deborah Thomas. La empresa hizo sus pedidos antes, diversificó proveedores, puertos y transportes.

Estas medidas tienen un costo: el precio del flete marítimo se cuadruplicó respecto al comienzo de año, destacó Thomas. Hasbro aumentará por lo tanto sus precios en el tercer trimestre.

Por su parte, el presidente de Mattel, fabricante de la célebre muñeca Barbie, asegura que su grupo puede responder a la demanda.

“Podría haber todavía desafíos imprevistos en la cadena de aprovisionamiento y es difícil decir lo que el futuro nos depara”, reconoce sin embargo Ynon Kreiz.

Aunque las multinacionales pueden contar con una gran red en el mundo, no es el caso de las pequeñas empresas.

La federación que reúne a los profesionales del sector, Toy Association, creó a fines de julio una estructura para ayudar a las firmas a superar la crisis del transporte marítimo, que debería durar, según estima, hasta fines de 2021 o principios de 2022.

Un “85% de los juguetes vendidos en Estados Unidos son fabricados en el extranjero”, recordó la organización en una carta reciente a parlamentarios. Debido a la situación del transporte muchos comerciantes “ven sus productos varados en el exterior”, señala.

Para quienes logran encontrar soluciones, los costos explotan y los retrasos se multiplican.

“Pedimos el máximo actualmente (...) ya que las empresas (...) no pueden garantizarnos disponibilidad de mercadería en octubre o noviembre”, destaca Ezra Ishayik, encargada de compras de Mary Arnold Toys.

El pedido para Lego fue por 60.000 dólares, pero solamente llegarán 20.000 dólares de mercaderías por falta de stocks.

Habrá juguetes en Navidad, promete Jennifer Blackhurst. Pero es difícil saber dónde estarán los cuellos de botella.