Pese a la crisis sanitaria por la pandemia en 2020 los migrantes hicieron el esfuerzo de enviar dinero a sus familiares según La ONU.
La brecha digital, con millones de personas sin acceso a internet, aumenta la pobreza en África y América Latina, donde se pierde la ocasión de utilizar mejor las remesas que se envían a zonas rurales, dijo e en Roma el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola de Naciones Unidas (Fida).
Con ocasión del día internacional de las remesas, el presidente del fondo, el togolés Gilbert F. Houngbo, lanzó un llamado “urgente” a la comunidad internacional, tanto a los gobiernos como a la empresas privadas, para que inviertan en infraestructura digital y servicios móviles para los países en desarrollo.
”Durante la pandemia, los migrantes han demostrado un compromiso inquebrantable con sus familias y comunidades; nunca antes se habían realizado tantas transferencias de remesas por medios digitales”, subrayó en una conferencia virtual sobre el tema.
”Por desgracia, las familias que residen en zonas rurales y remotas, para las cuales las remesas son una verdadera salvación, afrontan serias dificultades para acceder a cajeros o a otras alternativas aún más convenientes como las cuentas de dinero móvil”, lamentó.
Según cálculos de la entidad, que desde años estudia el fenómeno, 200 millones de migrantes envían dinero periódicamente a unos 800 millones de familiares. La mitad de esas familias viven en zonas rurales de países en desarrollo, con altas tasas de pobreza.
Para los expertos en 2020 aumentó el envío de remesas debido al menor uso de dinero en efectivo por el confinamiento y al cierre en general de los canales de envío informales.
Fida constató que pese a la recesión económica mundial ocasionada por la pandemia, los migrantes siguieron enviando dinero a sus familias, y calcula que en 2020 las remesas alcanzaron un total de 540.000 millones de dólares, lo que supone una disminución de apenas el 1,6 % con respecto al año anterior.
No obstante, en muchos países receptores, las personas que residen en las zonas rurales más remotas disponen de un acceso limitado a servicios bancarios, o su conectividad móvil es deficiente o los proveedores se encuentran en centros urbanos.
Millones de personas pobres de las zonas rurales se ven obligadas a viajar para obtener el dinero enviado por medios digitales, por lo que pierden sumas elevadas.
Fida ha hecho un llamado para que se facilite la banca móvil a los familiares de manera que puedan gestionar mejor sus finanzas, los ahorros, préstamos y seguros.
”Con frecuencia, esos recursos pueden transformar tanto a las familias como a las comunidades locales”, reconoció Pedro de Vasconcelos, experto de Fida en remesas. Otro obstáculo para un mejor uso de las remesas es la educación digital.
”Con la pandemia se ha puesto de relieve una profunda desigualdad de género (...) ya que es tres veces menos probable que las mujeres dispongan de una cuenta de dinero móvil”, lamentó.
”Hay que poner fin a esa disparidad y derribar los obstáculos que impiden que las mujeres accedan a los servicios financieros móviles y los utilicen”, pidió.
Desde marzo de 2020, Fida dirige un grupo de trabajo internacional sobre los efectos de la pandemia de coronavirus en “los 1.000 millones de personas que participan directamente en el sector de las remesas”.