Las aerolíneas estadounidenses de bajo costo Spirit Airlines y Frontier Airlines anunciaron el lunes su fusión para crear una nueva aerolínea más competitiva que busca desafiar el dominio de grandes empresas rivales.
El acuerdo por acciones y efectivo está valorado en 6,600 millones de dólares y se espera que se concrete en la segunda mitad del año, dependiendo de la aprobación de los reguladores antimonopolio estadounidenses.
Directivos apuntaron que este trato desafiará a las “Cuatro Grandes” aerolíneas estadounidenses American, United, Delta y Southwest, ampliando las opciones de tarifas de bajo costo en Estados Unidos, el Caribe y Latinoamérica.
“Esta transacción busca crear un grupo competitivo que ofrezca precios ultra bajos para atender aún mejor a nuestros clientes, diversificar las oportunidades profesionales de los miembros de nuestro equipo y aumentar la presión competitiva con tarifas más favorables para el público”, dijo el CEO de Spirit Airlines, Ted Christie, en un comunicado.
“Buscamos unir nuestros talentosos equipos de trabajo para sacudir a la industria aérea”, agregó.
La demanda de viajes se redujo a su mínimo cuando estalló la pandemia de covid-19, pero los vuelos de corta distancia se han recuperado más rápidamente que el servicio transcontinental, con los gigantes de la industria anunciando una fuerte demanda por las bajas tarifas de ocio en Estados Unidos.
Del acuerdo, del que Frontier Airlines controla el 51,5% de la nueva empresa y Spirit el 48,5% restante, podría surgir la quinta gran aerolínea del país.
Frontier y Spirit, que aun no anunciaron el nuevo nombre de la compañía o el lugar de su sede principal, anunciaron que la fusión podría ahorrar a los consumidores alrededor de mil millones de dólares al año.
Algunos de estos ahorros vendrán de las mejoras en eficiencia que se esperan de unir los activos basados en Denver, de Frontier, con los que posee Spirit en su sede de Florida y que cuenta con numerosos aeropuertos de la costa este en su red.
Los ejecutivos dijeron en una conferencia con analistas que la red expandida permitirá más servicios que permitan que la nueva compañía incremente los vuelos y el número de pasajeros y también las opciones en los aeropuertos que sirven a ciudades más pequeñas.
Ambas firmas, que vuelan solo aviones Airbus, esperan crear 10,000 puestos de trabajo para 2026.
La nueva compañía aérea tendría una flota de 350 aeronaves y ofrecería unos 1.000 vuelos diarios a 145 destinos en 19 países.
Aunque considerablemente mayor como fuerza combinada, esta escala todavía es eclipsada por las grandes compañías pues United Airlines tiene más de 3.100 vuelos diarios y sirve a 80 destinos internacionales, de acuerdo con datos de la compañía.
En la conferencia, los directivos dijeron que no esperan dificultades en el proceso regulatorio antimonopolio, una perspectiva que comparte el experto en este tema Christopher Sagers de la escuela de leyes de Cleveland-Marshall.
Asegurar precios de pasajes competitivos es una necesidad que posiblemente evite transacciones en las que se involucre a grandes aerolíneas, “estas dos compañías tienen una muy pequeña porción del mercado”, afirmó Sagers.
“Es muy poco probable que el Gobierno intente detener esta fusión”, explicó, agregando que los reguladores podrían exigir retirar inversiones en las áreas en las que se ofrecen los mismos servicios, pero permitiría que el grueso de la transacción se lleve a cabo.